¿Cómo curar la tendinitis en el tendón de aquiles?

¿Cómo curar la tendinitis en el tendón de aquiles?

La tendinitis de Aquiles, también conocida como tendinitis aquílea, es una afección frecuente que afecta a muchas personas, sobre todo a los atletas y a quienes realizan actividades físicas que implican movimientos repetitivos.

Tanto si experimentas molestias leves como dolor intenso en la parte posterior de la pierna, esta completa guía te dotará de los conocimientos y herramientas necesarios para tratar eficazmente y, en última instancia, curar la tendinitis de Aquiles.

¿Qué es la tendinitis de Aquiles?

La tendinitis de Aquiles es una afección muy extendida que afecta al gran tendón situado en la parte posterior del talón.

Esta afección está causada por un esfuerzo repetitivo o un uso excesivo del tendón, como las actividades de correr o saltar con demasiado esfuerzo, y provoca una inflamación o irritación del tendón que causa dolor y molestias.

Las personas de todas las edades y niveles de actividad -desde los atletas hasta los que practican ejercicio sin prisas- corren el riesgo de desarrollar este trastorno.

Conociendo las causas, los síntomas y las opciones de tratamiento de la tendinitis de Aquiles, las personas pueden controlar y prevenir la afección.

La tendinitis de Aquiles puede identificarse por diversos signos, como sensibilidad y dolor a lo largo del hueso del talón, rigidez e hinchazón en la zona afectada, y dificultad para caminar o realizar tareas cotidianas.

Causas de la tendinitis de Aquiles

La tensión repetitiva en el tendón de Aquiles es una causa común de la tendinitis de Aquiles. El uso excesivo del pie y el tobillo en actividades como correr o saltar puede provocar microdesgarros, con la consiguiente inflamación y dolor.

El uso de calzado inadecuado o los cambios bruscos de calzado también pueden añadir tensión adicional al tendón, por lo que deben utilizarse zapatos de apoyo que se ajusten correctamente y proporcionen amortiguación.

Unos músculos de la pantorrilla tensos y la falta de flexibilidad también pueden contribuir a esta afección, y los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden ayudar a prevenirla.

La edad, el sexo y las afecciones médicas también pueden influir en el riesgo de padecer Tendinitis de Aquiles. Los mayores de 30 años son más propensos a padecerla, al igual que los hombres en comparación con las mujeres.

Las personas con obesidad o diabetes también pueden tener un riesgo mayor. Además, un traumatismo o lesión repentinos pueden causar la afección, sobre todo en los deportistas que se exceden o realizan actividades con movimientos rápidos y explosivos.

Síntomas de la Tendinitis de Aquiles

La Tendinitis de Aquiles presenta una serie de síntomas que dependen de la gravedad del trastorno.

Lo habitual es sentir dolor en la parte posterior de la pierna, cerca del talón, que puede ser agudo o sordo.

Este dolor puede agravarse con la actividad física o con periodos prolongados de pie o caminando.

Otros signos de la tendinitis de Aquiles son la hinchazón y la sensibilidad en el tendón, así como un engrosamiento o agrandamiento visible del tendón.

La rigidez en los músculos de la pantorrilla es otro síntoma asociado a esta afección. Esta rigidez puede dificultar la flexión del pie o ponerse de puntillas, y podría provocar una disminución de la flexibilidad general de la articulación del tobillo.

Puede aparecer una sensación de debilidad o inestabilidad en la pierna afectada, lo que puede dificultar soportar peso o realizar actividades que requieran equilibrio y coordinación.

Diagnóstico de la tendinitis de Aquiles

Para diagnosticar la tendinitis de Aquiles, los médicos realizan una evaluación exhaustiva de la zona afectada.

Esto comienza con una revisión exhaustiva del pasado del paciente, examinando cualquier incidente que pudiera haber causado la afección.

Durante la exploración física, se examina el pie y el tobillo para detectar cualquier inflamación o hinchazón.

Se realizan pruebas para evaluar la flexibilidad y la fuerza del tendón de Aquiles. Un ejemplo de estas pruebas es la prueba de Thompson, que consiste en apretar el músculo de la pantorrilla y medir el movimiento del pie.

Tratamiento de la tendinitis de Aquiles

La tendinitis de Aquiles es una afección frecuente que causa dolor e inflamación en la parte posterior del tobillo.

Puede deberse a un uso excesivo, a un calzado inadecuado o a malformaciones estructurales. El tratamiento de la tendinitis de Aquiles se centra en disminuir el dolor y la inflamación, facilitar la curación y prevenir daños adicionales.

Uno de los principales componentes del tratamiento es tomarse un descanso y evitar actividades que agraven la afección.

Esto da al tendón la oportunidad de recuperarse y reduce las probabilidades de un mayor deterioro.

Los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento son otra parte esencial del tratamiento de la tendinitis aquilea.

Estos ejercicios ayudan a mantener la flexibilidad y refuerzan los músculos cercanos al tendón, reduciendo la tensión sobre el tendón y ayudando en el proceso de curación.

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