Disfunción del tendón tibial posterior

Disfunción del tendón tibial posterior: Fases y Tratamiento

La disfunción del tendón tibial posterior es una afección que afecta la funcionalidad del pie, causando dolor y debilidad. Comprender las fases de esta disfunción y los tratamientos disponibles es esencial para ayudar a los pacientes a recuperar su calidad de vida. 

Hoy te contamos los detalles de esta afección, su diagnóstico y las opciones de tratamiento que ofrecemos en nuestra clínica.

¿Qué es el tendón tibial posterior?

El tendón tibial posterior es un tendón fundamental que conecta el músculo tibial posterior en la parte posterior de la pierna con el hueso navicular y otros huesos del pie. Su función principal es mantener la estabilidad del arco del pie, controlar la pronación y absorber el impacto al caminar o correr. La disfunción en este tendón puede llevar a una serie de problemas que afectan la movilidad y el bienestar general.o

Fases de la disfunción del tendón tibial posterior

La disfunción del tendón tibial posterior se puede clasificar en varias fases, cada una con síntomas y características distintas.

Fase 1: Inflamación y dolor

En esta fase inicial, los pacientes pueden experimentar:

  • Dolor localizado en la parte interna del tobillo.
  • Inflamación alrededor del área del tendón.
  • Sensibilidad al tacto, especialmente al presionar la parte interna del tobillo.

Durante esta fase, el paciente puede continuar con sus actividades diarias, pero el dolor puede aumentar con la actividad física.

Fase 2: Debilidad y pérdida de función

A medida que avanza la disfunción, los síntomas pueden incluir:

  • Debilidad al intentar invertir el pie.
  • Dificultad para mantener el arco del pie.
  • Caídas frecuentes o sensación de inestabilidad al caminar.

Los pacientes en esta fase a menudo encuentran que las actividades cotidianas se vuelven más desafiantes.

Fase 3: Deformidad y dolor crónico

En la fase final, los síntomas pueden ser más severos:

  • Caída significativa del arco del pie, lo que puede llevar al desarrollo de un pie plano.
  • Dolor crónico, incluso en reposo.
  • Alteraciones en la marcha, lo que puede causar problemas adicionales en las rodillas, caderas y espalda.

Es fundamental buscar atención médica en esta fase para evitar complicaciones y tratar la disfunción adecuadamente.

Tratamientos para la disfunción del tendón tibial posterior

Los tratamientos para la disfunción del tendón tibial posterior varían según la fase de la afección y la gravedad de los síntomas. En nuestra clínica, ofrecemos un enfoque integral que combina varias estrategias para asegurar una recuperación efectiva.

Tratamiento con láser frío para el pie

Una de las herramientas más efectivas en el tratamiento de la disfunción del tendón tibial posterior es la terapia con láser , utilizando láser frío de baja intensidad. Esta terapia utiliza longitudes de onda y frecuencias específicas que ayudan a:

  • Reducir la inflamación: La aplicación del láser ayuda a disminuir la inflamación en la zona afectada, aliviando el dolor y mejorando la movilidad.
  • Acelerar la regeneración: Estimula el proceso de curación del tendón dañado, lo que puede llevar a una recuperación más rápida.

Además de la terapia láser, ofrecemos otras estrategias para optimizar los resultados del tratamiento:

  1. Plantillas a medida: La realización de plantillas a medida puede proporcionar el soporte necesario al arco del pie, reduciendo el estrés en el tendón tibial posterior y mejorando la alineación del pie.
  2. Ejercicios de fortalecimiento: Incluir en tu rutina ejercicios específicos para fortalecer los músculos del pie y la pierna, mejorando así la estabilidad.
  3. Modificación de actividades: Es fundamental ajustar la rutina de entrenamiento y asegurarse de tener períodos de descanso adecuados para prevenir futuras lesiones.

Prevención de la disfunción del tendón tibial posterior

La prevención es clave para evitar la disfunción del tendón tibial posterior 

  1. Calzado adecuado: Usar zapatos que brinden un buen soporte y ajuste puede reducir el riesgo de lesiones.
  2. Ejercicios de fortalecimiento: Incluir ejercicios para fortalecer los músculos del pie y la pierna en la rutina de entrenamiento puede ayudar a prevenir lesiones.
  3. Evitar sobrecargas: Progresar gradualmente en la intensidad y duración de las actividades físicas para evitar lesiones por uso excesivo.
  4. Evaluaciones regulares: Realizar chequeos periódicos con un especialista en podología puede ayudar a detectar problemas antes de que se conviertan en lesiones.

Aunque si tiene dolor y cree que puede tener algún síntoma es importante consultar a un profesional para obtener un diagnóstico adecuado y explorar las opciones de tratamiento más adecuadas para tus necesidades. 

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